409 Ad Universitate Condita

Volvimos (to where we once belonged).

Obsesionados con los mandatos hemos regresado justo a tiempo para evitar la tentación del clima primaveral en la metrópoli lombarda que refugió a parte de nuestros escribientes durante el largo comienzo de década. Como a todos, nos atravesó una pandemia, nos desmembró un exilio, nos ilusionó un apocalipsis que no fue y vimos quedar afuera del mundial a la azzurra de nuestros corazones.

La verdad es que bastante antes del sacudón mundial iniciado en la ignota ciudad china de Wuhan, cada uno de nosotros estaba en una. De hecho, nuestra última colaboración conjunta que ustedes conocen como post se editó simultáneamente en 3 ciudades distintas y fue publicado con el Wi-Fi gratuito que proveyó una conocida red de hipermercados alemanes.

Luego de una larga ausencia, hemos vuelto a la ventosa estepa universitaria para encontrarnos con el mismo escenario que dejamos atrás. Año tras año, normalidad tras pandemia, asamblea tras asamblea, recorriendo el mismo viejo campus y ¿Qué hemos encontrado? Casi lo mismo de siempre.

Llegó finalmente el 2022 en la Casa de Trejo, el postergado año en que se pondría fin a la gestión vetusta -pero no obsoleta- Juri-Yanzi Ferreyra que conquistó una Asamblea a la antigua y después cambió las reglas de juego poniendo una pátina de democracia ayudados por la división canes de la policía de su compañero de armas, el liceísta y gobernador de Córdoba. Aquella bochornosa jornada en que se llevó a cabo la Asamblea itinerante de 7 minutos parece haber caído en una amnesia colectiva para oficialismos y oposiciones (sí, ambos parecen un singular pero son unos cuantos plurales) al igual que los años que nos confinaron a la virtualidad por COVID. Así, la Universidad Nacional de Córdoba parece transitar su segunda elección directa a Rector y Vice en un universo paralelo con ínfulas de distopía.

Pero no vamos a aburrir a nuestros queridos y pacientes lectores con análisis de las plataformas de campaña, al menos no hoy. Si alguno de ustedes todavía no sabe quiénes son nuestros candidatos al sillón del primer piso del Pabellón Argentina, les sugerimos la atenta lectura de nuestros colegas de El Alfil, quienes fieles a su prosa mercenaria han nominado al Dr. Alberto «Beto» León (VAMOS) como «el no decano» y acotamos que por la continuidad oficialista, lo encontramos al Mg. Jhon Darío Boretto (SOMOS) a quienes desde aquí llamamos «el no doctor».

Como anexo a esta primera entrega, les dejamos una breve apostilla para abrevar de la «mística» del momento.

Encomendamos a nuestro colaborador Emilio Renzi la investigación sobre por qué el Dr. León lleva por nombre Alberto y presto a entrevistar vecinas de Villa María con la excusa de traer salamines de Oncativo, estamos en condiciones de revelar el misterio. Hubo variadas respuestas pero claramente relacionadas, una señora de barrio Ameghino dijo que era Alberto por el príncipe consorte de la reina Victoria de Inglaterra. Otra señora, vecina de la Escuela Nacional N° 296 Nicolás Avellaneda aseguró que era por Albert Einstein pero una tercera mujer que nos pidió resguardar su identidad, fue más allá y confirmó que en realidad Beto es Alberto por Albert Sabin, el virólogo polaco nacionalizado estadounidense que generosamente nos salvó de la poliomielitis . Ésta última apuntó que desde que Beto estuvo en el vientre, sus padres sabían que iba a ser un científico destacado. Y lo es.

Volvimos (to where we once belonged).

Nosotros solo hacemos un blog, un blog para divertirnos.